Agrandar imagen Siguen sumandosé testimonios de gente operada en la clínica clandestina
Siguen sumandosé testimonios de gente operada en la clínica clandestina
Cintia Mariel Olmedo, oriunda de la localidad de Conscripto Bernardi y actualmente residiendo en Paraná, aseguró haber sido víctima del doctor Daniel Ojeda y se ha agregado como denunciante en la causa.

En declaraciones al programa “Con Todo al Aire” (FM 89.3 La Red Concordia), la mujer tildó “como el error más grande de mi vida”, el hecho de haber sido atendida por el profesional, tildándolo como “un personaje”.

“Su clínica no tenía nada de clínica, era una empresa macabra”, agregó la damnificada.
Tres operaciones
Olmedo detalló que su periplo comenzó en 2016 e incluyó tres intervenciones quirúrgicas que hasta la actualidad le dejaron secuelas en su salud.

“Son tres largo años en los que no he dejado de gastar dinero ni de sentirme mal”, comentó. Subrayando que debió “terminar en Buenos Aires, arreglando una de las cosas que más me preocupa que es mi nariz”.

Es que, Cintia – en rigor – explicó que todo comenzó con una cirugía estética tras haber sido madre por cesárea en tres oportunidades. “Me quedó un desastre, peor que antes, con un pequeño bebé en la panza”, puntualizó.

Luego, se practicó una intervención de “lolas”, conjuntamente con una operación de nariz. “Él se sabe vender muy bien, incluso se hizo amigo de mi marido, decía que en lo suyo era el mejor”, acotó la mujer.

Según Olmedo, “una cosa fue llevando a la otra y confié en él”, pero lo que “nunca pensé es que todo terminó siendo una pesadilla”. Es que, actualmente aún está pagando un crédito que le permitió operarse en Buenos Aires, con un profesional que es una eminencia en nariz.
Secuelas
Por último, la damnificada insistió en las secuelas que le dejaron las operaciones realizadas por Ojeda. “Tuve muchos problemas cuando me operó las mamas, dado que se abrió, me salía líquido y ahora me dicen que me las tienen que sacar porque una encapsuló y me duele para dormir de ese lado”, narró.

Además, por la intervención en la nariz – originalmente una operación meramente correctiva y estética - “me quedó el tabique torcido, me la aplastó, no tengo mocosidad y aún hoy no siento los olores”, contó Olmedo.

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