Agrandar imagen Florencia Pietro y Sebastián Aristide, cuando Azcué presentó su gabinete
Florencia Pietro y Sebastián Aristide, cuando Azcué presentó su gabinete
La misiva remitida a Diario Río Uruguay es un descargo de la mencionada profesional, donde advierte: “no voy a permitir que nadie ensucia mi nombre”.

En rigor se trata de un texto donde critica con dureza a quien era su inmediato superior en el organigrama municipal, es decir, el actual Secretario de Desarrollo Humano, Sebastián Aristide, a quien le atribuye “mentir” y de manejarse con “cinismo” e “hipocresía”.

Según la Dra. Prieto, al mencionado Aristide, “desde el día 1 de nuestra gestión, a este señor le molestaba que salud tuviera tantos empleados, tantos profesionales y siempre fue visto como un gasto, no como un derecho y una inversión”.

También aclara que “la decisión de renunciar al cargo no fue súbita e imprevista, fue tras haber agotado varias instancias de reclamos que no fueron tomados en cuenta”, destacando que “a diferencia de muchos de los que actualmente componen el gobierno en curso, tengo experiencia en salud pública, no vengo del ámbito privado”. TEXTO COMPLETO DE LA CARTA

Concordia, 7 de marzo de 2024

A la ciudadanía de Concordia

Me dirijo a ustedes a los efectos de aclarar los motivos por los cuales tomé la decisión de presentar mi renuncia al cargo de Subsecretaria de Salud del Municipio. No eran mis intenciones hacerlo por respeto a la gestión en curso, pero dadas las declaraciones hechas por el Secretario de Desarrollo Humano Sebastián Aristide, donde dice nada más que mentiras, no voy a permitir que nadie ensucia mi nombre.

Todos me conocen desde hace mucho tiempo, llevo a punto de cumplir 22 años de esta hermosa profesión, y desde la niñez he estado recibiendo educación pública y posteriormente, cumpliendo mi función como médica en la salud pública. A diferencia de muchos de los que actualmente componen el gobierno en curso, tengo experiencia en salud pública, no vengo del ámbito privado.

A su vez saben, que cuando tomo una decisión, lo hago por convicción. Así lo fue cuando me propuso el Intendente Francisco Azcué, la tan loable tarea de hacerme cargo de la salud municipal, tarea que me enorgulleció e intenté en el breve tiempo que estuve, de lograr dar lo mejor de mí.

Uno deja mucho para asumir tan importante tarea, pero ese esfuerzo se ve reflejado luego en los éxitos para la sociedad en su conjunto. Por lo tanto, la decisión de renunciar al cargo no fue súbita e imprevista, fue tras haber agotado varias instancias de reclamos que no fueron tomados en cuenta.

Me sorprende una vez más el cinismo y la hipocresía con la que se manejan algunos hombres, como el Secretario de Desarrollo Humano, donde ha hecho declaraciones diciendo que las decisiones realizadas recientemente de no abrir los centros de salud municipales y de no renovar ciertos cargos de profesionales, fue enteramente tomada por mi sin consultarlo con él.

Desde el día 1 de nuestra gestión a este señor le molestaba que salud tuviera tantos empleados, tantos profesionales y siempre fue visto como un gasto, no como un derecho y una inversión. Las personas que trabajan en salud en el municipio eran consideradas como un número, en una planilla Excel, donde desde un escritorio se tomaba la decisión de a quién renovar o no su contrato de trabajo.

Quisiera saber si este señor no cuenta con una obra social o prepaga porque tal vez lo considere un gasto. Quisiera saber si cuando decide sacar un turno le da lo mismo tal o cual profesional, porque son sólo un número. A diferencia de él, tengo el título que me avala estar en el lugar que estoy, no fui a la Facultad de Ingeniería Agrónoma para luego hacer salud pública desde un escritorio. No señores, la medicina es una carrera, pero sobre todo es una vocación.

Los que estamos en salud pública hacemos lo que hacemos porque amamos nuestra labor, porque nos llena el alma y el espíritu. Este señor que ahora se rasga las vestiduras porque la nota firmada por mi y públicamente difundida de no abrir los centros de salud los sábados, es el mismo señor que en el mes de enero me pedía cerrar la mitad de ellos, es decir, cerrar 8-9 centros de salud municipales de los 19 que hay.

Y esta decisión pude al menos lograr que no la llevar a cabo gracias al consenso del Ministro de Salud, porque iba en contra del Proyecto de Salud de la Provincia. En su momento, el haberme opuesto a su intención me costó que me pidiera la renuncia, y continué solamente porque el intendente y el jefe de gabinete me lo pidieron, junto a todo mi equipo.

Cuando me refiero a EQUIPO lo hago con mayúsculas, porque pude tener la libertad de elegir a quienes me acompañaron en estos 3 meses. Con estas hermosas personas hemos hecho varios proyectos juntos, hemos podido realizar y concretar mucho, SINNADA de dinero. Es más, hemos tenido donaciones de medicamentos, de arreglos de vidrios y tantas otras cosas por personas ajenas al municipio, quienes, de manera desinteresada, pero con ansias de colaborar, han podido ayudarnos a concretarlos.

Cuando este señor menciona que algunos no sabemos trabajar en equipo, evidentemente debe estar seguramente haciendo una autocrítica, porque eso es lo que demostró al pedirme la renuncia cuando no pudo aceptar que alguien se le plante y le cuestione ciertas decisiones.

Hablando de decisiones, debido a que la Subsecretaría de Salud Municipal depende de la Secretaría de Desarrollo Humano, TODAS las decisiones pasan por el Secretario de Desarrollo Humano, son consensuadas (en todo caso si alguien tiene dudas, cuento con las pruebas necesarias que avalan lo que digo). Lamentablemente, existen seres humanos masculinos de poca hombría que mienten en la cara cuando una mujer los enfrenta. Paradójicamente estoy redactando esta carta en vísperas del 8 de marzo, para hacer honor a todas aquellas mujeres valientes que defendemos nuestros principios y no vamos a doblegarnos ante la mentira y la soberbia.

Por lo tanto, vuelvo a mi lugar original, el Servicio de Infectología del Hospital Felipe Heras, mi segundo hogar. Desde allí seguiré haciendo medicina para la gente, brindando la atención de calidad que todos se merecen, y desde allí continuaré con los tantos
proyectos de salud pública para la comunidad de Concordia. Sin otro particular, me despido de ustedes muy atentamente.

María Florencia Prieto – M.P. 9893