
La mala noticia la dio una de las ordenanzas, quien el lunes, alrededor de las 6.30 de la mañana, cuando fue a la escuela, notó que varias de las puertas estaban forzadas.
Desde la escuela indicaron que “si bien Departamental de Escuelas ya está al tanto, es muy poco lo que esperamos, porque nunca solucionan los problemas de las escuelas y menos van a solucionar un robo. De Vallejos (Fabián, director Departamental) no esperamos nada”.
Detallaron que se robaron “2 inodoros de niños, 3 ventiladores de pared, una garrafa de 10 kilos, 2 radiograbadores, uno marca Philips y otro Noblex, 1 pava eléctrica, una Netbooks HP y un proyector Benk. Por eso rogamos a la gente que no compren cosas robadas”, imploraron.
La docente Carolina Gaitán manifestó ante cronistas de El Sol Tele5 que “hace unos días nuestra escuela ha sido víctima de la inseguridad. Nada nuevo bajo el sol, porque no es la primera vez que nos entran a robar. Me indigna saber que el material del que se hicieron dueños estas personas (limitándome a dar adjetivos que son de moneda corriente) -aclaró la docente- son materiales de uso de primera necesidad, como por ejemplo: inodoros y ventiladores. Material de trabajo específico tecnológico como notebook, reproductores de música y proyector. Material que bien sabe la comunidad docente de cualquier lugar son de difícil acceso, ya que para adquirirlos las docentes a cargo del nivel y directivos han elaborado numerosos pedidos protocolares y de seguro, como poco se menciona, y es con dinero que han puesto de sus bolsillos”, dijo Gaitán.
Del mismo modo la docente referenció que “casualmente, no es la única escuela que ha sufrido estas injusticias en estos días, sí, injusticias, porque más allá de realizar las denuncias pertinentes, estos elementos no se recuperan, y la forma de volver a adquirirlos no es con la inmediatez que la necesidad requiere”.
Lamentó que “encima poco se sabe de los “manos largas” y vale aclarar que, por estos momentos, la Comisaría Octava, Criminalística y Departamental de Escuelas están notificados y se han iniciado tareas de investigación, como así también reposición de algunos elementos”, puntualizó.
Por último, la docente precisó que “generalmente las escuelas tienen alarmas, pero cuando hay tormentas se queman, se rompen por el uso, por los años o por lo que sea y la institución tiene que pagar un técnico, tiene que comprar los suministros y tiene que salir plata desde la escuela, pero lamentablemente a veces no hay dinero para arreglar las alarmas”, lamentó.