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En el café no existe producción nacional que pueda reemplazar a las importaciones, por lo que las nuevas restricciones a la compra en el extranjero derivaron en que este producto se recotizara.

Los comercios de Concordia pasaron de pagar $2.600 a $3.500, en menos de dos semanas, por cada kilo de café. Pero el precio no es el único problema, sino que varios proveedores comenzaron a restringir las cantidades comprometidas con el objetivo de responder -al menos en parte- a todos los clientes.

Un insumo no comestible, pero que impacta notoriamente en el costo final de cada infusión servida “para llevar”, son los vasitos, tapitas y fajitas de cartón para proteger las manos de la temperatura. En estos elementos hubo precios que aumentaron cerca del 50%.

Otro producto que no es importado, pero que también aumentó considerablemente de precio fue el azúcar, a pesar que Argentina produce 2 millones de toneladas del oro blanco.
Una comerciante, responsable de una cadena de cafeterías con locales en Concordia y Federación, detalló que pasaron de pagar $ 111 a $ 180 por cada kilo de azúcar, con el agravante que tampoco se consigue fácilmente en las cantidades necesarias.

La misma entrevistada apuntó la suba de otro tipo de insumos, como los fiambres y muzzarellas para la elaboración de los clásicos tostados. “Lo peor de todo es que no podemos trasladar todas las subas a la carta de precio, porque el cliente no lo entendería”.

Por último, dijo que se daba una paradoja en el rubro panadero, “porque hace días que no aumenta la harina o la margarina, pero ahora lo que no para de subir de precio es todo el resto”.